“Innovar desde la selva” era el titular de una oferta laboral que se promocionaba en Facebook. Esa publicación fue la que me trajo aquí. Yo pasaba por un momento de mala racha en la ciudad en la que vivía y lo único que quería era comenzar de nuevo, claro que la Amazonía nunca fue una de mis primeras opciones para ser sincera.
Tena es una ciudad de 30.000 habitantes, el lugar más pequeño en el que he vivído hasta el momento, además de estar ubicada en la Amazonía. Acostumbrarme a este nuevo estilo de vida fue un proceso difícil ya que me consideraba hasta ese momento “la persona más citadina del mundo”, a mi favor puedo decir que la primera semana mientras leía un libro acostada en mi cama, me picó una abeja, y sí, ese fue mi recibimiento amazónico. 🙂
Las salidas al cine, teatro y festivales de música, actividades cotidianas de vivir en una gran ciudad cambiaron por una vida más introvertida y con planes adaptados a Tena como: ir al río, caminar senderos o hacer bicicleta.
El tema laboral es otra historia… pasé de tener un escritorio a caminar una montaña para conocer una de las comunidades con la que iba a trabajar en un proyecto. He aprendido mucho más de lo que he podido compartir y siento mucha gratitud por eso. Hay tantas iniciativas que valen la pena ser contadas para que la gente conozca todo el talento que hay en ésta región rica en conocimiento ancestral.
Ahora sé que esta experiencia no la cambiaría por nada en mi vida, me han pasado tantas cosas en esta ciudad. Con los meses, este lugar se convirtió en mi nuevo hogar, no quería gastar mis fines de semana en otro sitio que no sea este. Mis amigos, las noches con una brisa caliente, el baile, la comida turca (en Tena hay el mejor restaurante turco de Ecuador, aunque no lo crean…próximamente dedicaré un post para hablar de esto), de a poco las cosas fueron tomando su forma. Ahora gracias a un grupo de amigos cada vez existen más actividades recreacionales en la ciudad, es increíble ver como cada día se dinamiza este sitio y va cambiando rápidamente. Juntos hemos construido la ciudad que queremos.
Un año son 365 días y para mi han sido transformadores. No se cuánto tiempo más dure esta aventura, pero se que no soy la misma que antes de llegar aquí.
¡GRACIAS VIDA!
Hola soy ambateño..mientras pregunta es Como haces con El visado ya q siempre pieces q estes en tu pais de origen para darte la visa..
que bonito leerte
Gracias Andrea.